St. Anton se transformó
antes que otras localidades, gracias a su situación geográfica
y a las buenas comunicaciones por carretera, en un blanco paraíso
del esquí. La zona esquiable del Arlberg cuenta con más
de 80 teleféricos y telesillas, 260 Km. de pistas acondicionadas
y más de 180 Km. de pendientes que no están acondicionadas,
para la práctica del esquí de fondo.
St. Anton forma parte de la exclusiva asociación "Best of
the Alps", que agrupa a las mejores estaciones de esquí alpinas.
En verano las montañas resplandecen con un fresco verde. Y también
el antiguo paisaje cultural de los Alpes se ve inundado de una juvenil
frescura. La estación cálida es especialmente agradable
en torno a St. Anton.
También para la vista. La increíble variedad de tonalidades
del color verde de las laderas de las montañas se transforma en
el transcurso de una misma jornada. Por la mañana, al comienzo
de una excursión o de un paseo en bicicleta, podemos disfrutar
de este color de la esperanza con intensidad, y al final de una maravillosa
jornada estival, cuando la brillante luz del atardecer nos refresca delante
de nuestro refugio, entonces nos sorprendemos al encontrarnos canturreando
suavemente: "es gruent so greun...", una canción popular
dedicada al verde. St. Anton.
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